¿Cómo se ven afectadas las intenciones de invertir ante la incertidumbre política de un proceso electoral nacional?

Para muchos analistas, con las elecciones en puerta el clima de negocios en el país está planchado, ¿Qué dicen las estadísticas?

Para entender o embarullar más la actualidad económica, hace unos días se difundió un nuevo indicador que “mide el clima de negocios en el país”.

Este indicador vendría a ser como un termómetro que calcula “macro intensiones” de inversiones de acuerdo a contexto político y económico; es decir, determina la propensión a la inversión.

El índice, bautizado Índice de Condiciones Políticas y Económicas para la Inversión (ICI) es estimado por la Universidad Católica Argentina (UCA) en alianza con la consultora Ecolatina; y en su medición determinó que las condiciones actuales para la inversión se encuentran en niveles moderados y mostrará una tendencia decreciente en el segundo trimestre de mantenerse los actuales factores económicos y políticos.

Tomando ponderaciones de la calidad institucional, la fuerza laboral, la calidad de vida, la actividad económica y el empleo, la estabilidad monetaria y financieras entre otras, el índice incluye factores políticos como económicos que se consideran influyen en las intenciones de inversión.

Medido así, el índice muestra su mínimo valor en el 2002 tras la peor crisis política económica que el país sufriera. Luego, el mismo muestra recuperación hasta alcanzar valores máximos en el segundo trimestre de 2006.

A partir de entonces, el índice calculado muestra un quiebre que refleja un deterioro de las condiciones de inversión originado al parecer por factores domésticos. Situación que se profundiza a mediados de 2009, esta vez por el coletazo de la crisis internacional.

Si bien el índice muestra una recuperación, no ha vuelto a valores como los anteriores a la crisis internacional. En este caso, al parecer se debe en parte por una mayor intervención estatal en la economía (según los organismos responsables de la medición), pero fundamentalmente por la aceleración de la inflación y la consecuente pérdida de competitividad empresarial.

Inversión y crecimiento

Como todos sabemos, la inversión como parámetro macroeconómico es un componente fundamental en cuanto potencia el crecimiento del producto interno generando riqueza y creando mayor demanda de trabajo.

Para la controvertida consultora Ferreres & Asociados, la inversión subió el 19,8% en junio pasado.

En términos de volumen físico, lo invertido significó un crecimiento a 25% del PBI. Pero lo más importante es que la incorporación de máquinas y equipos se elevó a un ritmo de 34,8% anual, mientras que la construcción lo hizo a 7,6%.

Este último dato no es menor, ya que la inversión en equipos y maquinaria es considerada la inversión “productiva”, es decir, el componente de la inversión que si es generadora de riqueza ya que posibilita sumar mayor valor agregado.

En tanto que como porcentaje del PBI, Ferreres estimó que la inversión alcanza el 21,2% en junio.

Muy parecidos datos muestra la serie estadística del INDEC, quien estima que en el primer trimestre del año la misma alcanzó el 21,5% del PBI.

Sin embargo, en el total invertido todavía predomina la construcción (59,82% construcción vs 40,18% equipos), contrariamente a Brasil por ejemplo donde la mayor parte de la inversión lo explican las incorporaciones de equipos y maquinarias.

La apuesta pasa entonces por sostener esta incipiente tendencia, es decir: que el mayor componente de la inversión pase a ser explicado por la adquisición de incorporaciones de equipos y maquinas y no por la construcción.

Con seguridad, después de las elecciones bajar la inflación será prioridad para él ganador, de mantenerse un tipo de cambio competitivo podemos esperar que este importante componente de la demanda agregada sea el motor del crecimiento que el país necesita.

Publicado en El Regional – Pag. 20. 12 de Agosto de 2011.