Los precios internacionales de los alimentos tocaron un récord en enero, impulsados por las fuertes subas en los precios del trigo, maíz, azúcar y aceites.

En su séptimo mes consecutivo de incremento, el influyente índice de Precios de Alimentos de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) tocó su máximo desde que comenzó a medirse en 1990.

Indice-Precios-Alimentos

El índice, que mide los cambios mensuales en los precios para una canasta de alimentos compuesta por cereales, semillas, lácteos, carne y azúcar, subió un 3% en enero con respecto al pasado mes de diciembre.
Sin embargo, lo más preocupante es que en su informe, la FAO fue categórica en sus perspectivas: “hay margen para que incluso sigan subiendo”.
 
Motivos de la escalada

El revalúo constante de los commodities viene derivado por múltiples factores, entre los que destacan:
– la inyección de dinero de EEUU para paliar la reciente crisis subprime
– severos acontecimientos climáticos en países productores
– el aumento de población con capacidad de consumo.

El clima
Si bien el cambio climático en el mundo nos plantea un escenario preocupante a largo plazo, ahora es el factor incertidumbre el que arrastra la escalada en los precios de las materias primas.

Lo lógico es que la producción mundial debiera recuperarse de este fatídico 2010 donde temperaturas record asolaron Rusia y dantescas inundaciones diezmaron Australia y Canadá.

Guerra de Monedas
A diferencia del clima, la devaluación del dólar estadounidense es una política dirigida a exportar la crisis al resto del mundo.

En Estados Unidos, la primera oleada de opciones de política económica contra la crisis no dio el resultado esperado, por lo que a pesar de las fuertes demandas de otras naciones, la política monetaria expansiva yankee traslada la inflación al resto del globo y empuja a capitales especulativos a todos los países emergentes.

Dada las necesidades apremiantes de crecer que tiene el país del norte, es fácil suponer que este seguirá empapelando al mundo con los famosos billetes verdes.

Mayor población, mayor consumo
Por último, y tal vez el factor más determinante, es la creciente incorporación de millones de personas a las ciudades y al circuito de consumo.

Este factor, escapa de la política de un gran país y de las eventualidades del clima.

La vigorosa demanda de alimentos por parte de la “nueva” clase media en masivos países como China e India, hace prever que la inflación mundial se mantendrá y con seguridad ejercerá una fuerte presión sobre los precios en los países emergentes y entre ellos la Argentina.

¿Otra gran Oportunidad?
Como antaño, pareciera ser que las estrellas se van enfilando para brindarnos a los argentinos una nueva oportunidad.

Oportunidad que se nos ofrece tras nuestro peor traspié económico de la historia, tras el derrumbamiento económico social que implicó la seguidilla de nefastos gobiernos neoliberales.

Pero a toda oportunidad siempre se asocia un riesgo, y hoy la amenaza latente es la inflación.
La suba de precios es con seguridad el tema que más preocupa a los argentinos, según un relevamiento de la Universidad Católica Argentina (UCA), casi ocho de cada diez argentinos estima una mayor inflación para este 2011 con respecto al año pasado.   

Tal vez no sea para tanto, pero quién se quema con leche ve la vaca y llora, y en este sentido nuestro país sufrió un periplo tormentoso hace tan solo dos décadas: la hiperinflación.
 
Habrá que dejar de lado las magulladuras del pasado, los desaires y fuertes golpes de la historia.

Mostrado el paño, el país de la riqueza natural ilimitada deberá trazar un plan de desarrollo a futuro que aproveche este inmejorable escenario de altos precios internacionales de alimentos y que sortee al mismo tiempo la fuerte amenaza del contagio inflacionario mundial.

Publicado en El Regional – Pag. 20. 19 de Febrero 2011.