Uno no quiere pero la responsabilidad lo obliga. Refrescar los hechos deben ayudarnos a evitar cometer otra vez el mismo error.

La semana como si nada en un medio nacional masivo, (demasiado masivo lamentablemente) leo: «La inflación es una forma de robarle a la gente».

Hasta hay nada nuevo ni sorprendente; hasta el menos avezado entiende que en medio de un proceso inflacionario cada uno de nosotros nos vamos gota a gota volviendo más pobres.

Lo asombroso de la afirmación es que vino de boca de un personaje que solo en un país como el nuestro puede tener nuevamente prensa: Domingo Cavallo.

Además, afirmó: «Desde 2002 hasta hoy tuvimos un Estado bobo que no respeta las reglas de juego y de la economía»…»los países bien organizados no sufren inflación».

Bueno, cuesta desprenderse de la mescla de sensaciones encontradas, pero hay que hacer justicia y refrescar la historia.

El Plan

A principios de los noventa el país se encontraba en medio de una terrible crisis de deuda y sumida en una galopante hiperinflación.

El flamante cerebro con múltiples pergaminos en su cargo de ministro de economía plantea como solución definitiva a los problemas una serie de reformas estructurales de corte neoliberal:
– Privatizaciones
– Shock de estabilización
– Desregulación
– Apertura de la economía
– Liberalización de los flujos financieros

Todo ello sumado a un plan contra la inflación (Plan de Convertibilidad ) y a una renegociación de la deuda (Plan Brady ).

El paso inicial fue el proceso de privatizaciones. El canje de activos físicos por deuda externa fue el inicio hacia la denominada “solución” del problema del endeudamiento, solución planteada por Alfonsín a fines de su gobierno y que por falta de consenso político no pudo llevar adelante.

Sin embargo ni el plan de privatizaciones conjuntamente con el Plan Brady posibilitó que la deuda dejara de engrosarse, la misma continuó creciendo lentamente al principio, explosivamente a partir de 1993, sólo comparable con la registrada durante la última dictadura militar.

“Entre 1991 y 1998 la deuda externa creció 14,7% anual acumulativo, más que duplicando su monto total”, alcanzando un monto total de 139.317 millones de dólares en 1998 .

Es cierto que el famoso plan de Convertibilidad logra contener la inflación; sin embargo, al fijar la paridad entre el peso y el dólar, el primero terminó quedando sobrevaluado acarreando consecuencias nefastas para la industria nacional, la cual fue arrasada por la masiva entrada de productos extranjeros, ocasionando la pérdida de miles de puestos de trabajo.

En Agosto de 1996 Cavallo es removido; no importa, la explosión del plan ideado por él era cuestión de tiempo.

Por si acaso, un incompetente De la Rúa volvió a llamarlo, pero esa es otra historia que Ud. seguro recuerda.

Publicado en El Regional – Pag. 20. 11 de Diciembre 2012.