Después de que el viernes el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informara que la pérdida neta de empleos durante julio alcanzó los 131.000 puestos de trabajo, cifra mayor a la esperada, la Fed decidió no modificar la tasa de interés y reinvertir en compra de deuda hipotecaria para apuntalar economía de EE.UU.

Las cifras macros de la “gran locomotora” alertan, el PIB revela una neta desaceleración del crecimiento en el primer trimestre, el desempleo se mantiene en 9,5% y el déficit comercial de EEUU se amplió sorpresivamente un 18,8% en el mes de junio.

Estos datos son tomados con alarma por los principales proveedores de Estados Unidos: China e India, y también por el resto del mundo que ve como se empieza nuevamente a oscurecer el cielo.

Es que a los frágiles números de la economía yankee se le suman los del otro lado del gran charco, en el viejo mundo también están pronosticando menos crecimiento del previsto.

Las últimas noticias nos dicen que por un lado España apenas muestra un crecimiento del 0,2%, y un reciente estudio de Citigroup preve que la evolución de la economía española podría volver a ser negativa en el segundo semestre del año, mientras por otro lado el Banco de Inglaterra acaba de rebajar su previsión de crecimiento para la economía británica para el 2011 del 3,4% al 2,5%.

Hoy los temores son que la gran deuda que soportan los gobiernos europeos no permitan a estos hacer frente a la crisis con políticas fiscales expansivas, llevando que a que la crisis se prolongue en el tiempo.

De hacerse realidad los peores escenarios, el mundo podría verse ante una recaída de esta gran crisis, y los buenos números de fines de 2009 y principios de 2010 solo habrían mostrado una salida aparente dejando en evidencia ahora la fragilidad de las medidas tomadas a mediados de 2008.

Publicado en El Regional – Pag. 2. 21 de Agosto 2010.

Publicado en La Reforma – Pag. 4. 18 de Agosto 2010.