En cada actividad económica existen costos ocultos, costos que en principio por su insignificancia no le prestamos atención, costos mínimos que en una empresa privada no afectan la rentabilidad de la actividad principal, y en el sector público son absorbidos por cada uno de nosotros.
 
El problema, aparece cuando por cambios de estructuras estos costos pasan a crecer a una tasa vertiginosa y socaban la rentabilidad de nuestra actividad o bien afectan alevosamente a la sociedad en su conjunto.

Si analizamos costos sociales tenemos miles de ejemplos: el costo de hacer cola en los bancos es un costo que absorbe cada uno de los que deben hacerla, el costo social de esperar el semáforo se supone menor al beneficio social ya que evita el caos del transito; etc.

Sin embargo hay un cambio tan drástico en los últimos años en la estructura económica del país que algo muy puntual que nos resultaba simpático hoy nos repercute enormes costos sociales: el paso del tren en medio de la ciudad.

¿A cuánto ascienden los costos sociales que soportamos los vecinos por el paso del tren en medio de la ciudad?

Hagamos un simple cálculo: por cada tren de carga promedio se forma una cola de entre 20, 40 y hasta 60 vehículos (autos, motos, bicicletas), además de transeúntes. A promedio dos personas en cada uno de ellos, tendremos por lo bajo unas 60 personas que deben esperar el paso del tren, que demora unos 5 mts como mínimo. Y ud. preguntará, tanto problema por 5 minutos!

El costo de una hora de trabajo está por lo bajo a $10 para personal sin calificación, $15 una ordenanza de limpieza, pero también a $50 y más para profesionales o ejecutivos. A un promedio de $20 la hora, la espera nos cuesta en promedio a cada uno que nos toca ver rodar las ruedas del tren unos $20/12= $1,67, o lo que es lo mismo unos $100 comunitarios ($1,67 x 60 personas promedio).

Es decir, el paso del tren nos cuesta indirectamente a los villamarienses unos $100 por tren y por paso a nivel! Pero la ciudad tiene 8 pasos a nivel (tres de ellos doble mano en los cuales habrá doble cantidad de vecinos esperando el paso del tren), cada tren interrumpe entonces en 11 pasos a la ciudad, cada tren tiene un costo social indirecto de 11 pasos a nivel x $100 = $1.100.

Ahora bien ¿Cuántos trenes pasan por día en la ciudad? 8? 10? 5 por lo menos. Es decir: la ciudad de Villa María soporta un costo social indirecto de $5.500 por día por el paso del tren en medio de la ciudad.

Por mes? $5.500 x 30 días = $165.000

Por año? $165.000 x 12 meses = $1.980.000.

Claro que el cálculo es subjetivo, es una estimación rápida y no se tiene en cuenta importantes puntos como el combustible de los vehículos, las urgencias, los accidentes que pudiera ocasionar los embotellamientos ocasionados, etc.

Ni que hablar de los accidentes fatales que socialmente son imposibles estimar, la pérdida de una vida es invaluable. 

¿Solución?

No hay soluciones mágicas, los costos de obras de infraestructuras generalmente son altísimas, el mudar las vías, hacer más túneles de paso, hacer pasar el tren por debajo de la ciudad, todas son obras de gran envergadura; y habría que estimar el costo intergeneracional de gastar este dinero hoy para que generaciones futuras paguen el crédito y claro aprovechen también la reducción del costo indirecto del paso del tren.

No es fácil, pero al menos el intendente de turno, hoy y mañana debe tomar conciencia que el problema tiende a agravarse, ya que la ciudad se expande, el parque automotor crece, y lo más probable es que el tren sea un medio de comunicación más relevante en el futuro debido a la extensión territorial de nuestro país.

Puede que esperar 5 mts. el tren no me moleste ni me cueste tanto, pero en el fondo, indirectamente estamos subsidiando a la empresa de trasporte que ya recibe enormes sumas de dinero directamente como subsidios.

Publicado en El Regional – Pag. 6. 18 de Septiembre 2010.