Se dice que en Argentina vivimos improvisando, estamos todo el día de acá para allá tapando agujeros del bote con los dedos mientras vamos rumbo directo al salto de las cataratas.

Por lo general cuando nace una idea empresarial muy pocas veces la misma se concreta por escrito. Como todo lo sabemos y tan claro lo tenemos, en la mayoría de las veces se empieza la casa por el techo, se visualiza el concepto ya plasmado y se desvía la mirada de lo importante: a como llevar cabo el proyecto.

Lo mismo ocurre en general en las empresas que ya están en funcionamiento, la falta de planteos, de acciones predeterminadas y de objetivos claros distorsiona el esfuerzo empeñado en actividades corrientes, lo que vulgarmente solemos llamar “el árbol tapa el bosque”. Así muchos empresarios del sector privado terminan el día agotando sus energías en problemas cotidianos sin tener en claro el rumbo.

Cualquier parecido o similitud con el sector público corre por su entera imaginación!!! La gran diferencia es que dudo que un funcionario termine el día cansado y/o estresado de tanto trabajo, de tanta responsabilidad, o por como solucionará mañana los problemas acumulados de nuestra sociedad.

¿Existe un plan?

El diccionario es muy preciso, según el mata burros, plan: es un modelo sistemático que detalla qué tareas se deben llevar a cabo para alcanzar un objetivo.

El oficialismo con gran determinación y buscando mantener el poder nos vendió primero que no habría crisis, después que había que profundizar el plan para evitarla, ahora para salir de ella. Lo cierto es que sin negociar los intereses ningún sector lo apoyó, y ahora débil y sin credibilidad la oposición igual de mezquina busca leña de árbol caído. 

En una empresa para alcanzar el éxito perdurable debemos estar preparados, y lo lograremos teniendo en claro nuestra estrategia elegida y estar dispuesto a cambiarla o moldearla si hiciera falta y por supuesto tener gran capacidad táctica. Ambos conceptos son importantes pero diferentes, en primer lugar la planificación estratégica son nuestros planes, siempre en base a los objetivos planteados, mientras que la táctica es nuestra capacidad de reacción a circunstancias diarias, nuestros movimientos a corto plazo.

Siempre en última instancia en el peor de los escenarios, puedo reestructurar totalmente mi empresa, esto requiere una gran determinación e implica un enorme sacrificio, sino refloto finalmente puedo cerrarla o venderla.

Lamentablemente en un país no podemos hacer borrón y cuenta nueva, no se puede cerrar y menos aún vender (por lo menos no del todo!! Sino pregúntenle a Menem). Si podemos reestructurarlo y remoldearlo (a un enorme costo social), pero hacerlo implicaría una madurez política que no perece que tengamos. Aparte como la historia siempre se repite, el ajuste recaería obviamente en los más débiles.

Mi perspectiva no es muy optimista, pero es que todo parece indicar que los aprietos económicos que estamos sufriendo como país dejan muy poco margen al gobierno para hacer política económica correctiva.

Por eso el llamado al diálogo, ¡la casa se incendia y necesitamos más bomberos!

Sin apoyo que recupere la confianza interna las actuales circunstancias sólo podrán superarse ante una eventual mejora del sector externo. Roguemos entonces que siga en alza el precio de la soja, y que el famoso diálogo sirva para pensar un país al menos para los próximos 10, 20 y 30 años, de lo contrario veremos cómo el barco se hunde en cámara lenta.

Publicado en El Regional – Pag. 2. 22 de Agosto de 2009.