Plano internacional
Todo parece indicar que con los últimos indicadores aceptables en EEUU la tormenta internacional parece haber amainado; sin embargo, en el viejo continente los apremios continúan y hoy ya es España la que  tambalea y discurre entre ajustes y paros.

También Italia muestra signos alarmantes, por lo que a pesar de la relativa calma nada está dicho y con gran incertidumbre nos aventuramos a un futuro incierto.

Por supuesto Argentina no escapa de la situación, y el principal temor sigue siendo lo que ya hace mucho he venido anunciando: una posible devaluación en Brasil.

Con la enérgica inyección de dinero por parte de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, los movimientos de capitales hacia Latinoamérica es por lo menos desequilibrante. La parte buena es que tal situación sostiene los altos precios de los commodities, la soja sigue rompiendo records.

Pequeños indicios de menor actividad
Los principales indicadores ya dan señales de desaceleración, la venta de automóviles nuevos y usados se frenaron en febrero, la industria aunque leve cayo tras 28 meses de continuo crecimiento, la construcción se contrajo notablemente el 4,5% en febrero, y en el reciente informe de la CAME la venta minorista bajó el 2% en marzo.


 
Si bien la actividad continúa, la desaceleración se empieza a sentir. Así lo muestra la caída en la confianza del consumidor en el último informe de la Universidad Torcuato Di Tella.
 
La queja en comercios es incesante y la suba de salarios de a poco ha ido carcomiendo la rentabilidad de muchas actividades, principalmente las de las pymes mano de obra intensiva.

Desde el oficialismo atribuyen a un mal febrero coronado de feriados, ya que al parecer las ventas de vehículos repuntarían con fuerza en marzo.

Aun así, ya son muchos los analistas que aseguran un menor crecimiento para este 2012, la sintonía fina empieza apretar los zapatos: menores subsidios, mayores costos de servicios y la suba imperturbable y continua de los precios.

Vacas flacas en las arcas provinciales
Tras un alborotado 2011 las finanzas provinciales siguen en picada en el comienzo de este nuevo año: las arcas públicas muestran un notorio deterioro que ya afecta en parte al sector privado.

Todo parece entrever que tras varios años de relativa abundancia es hora de afinar el lápiz.

Con una presión fiscal al límite y alzas salariales superiores al 20%, los gobiernos provinciales se acercan al borde de la cornisa.

Proveedores y prestadores de servicios al sector público ya sufren las dificultades en la cadena de pago, los plazos se estiran como chicle y de no mediar alguna solución los bonos suenan como una realidad.

Es de esperar entonces que en el transcurro del presente año la actividad se “a mesete”, no siendo alarmante, de seguro deberemos acostumbrarnos a menores excedentes y un moderado consumo.

Publicado en El Regional – Pag. 8. 7 de Abril de 2012.

Publicado en La Reforma – Pag. 4. 9 de Abril de 2012.

Publicado en El Económico, Diario La Opinión – Pag. 3.  15 de Abril de 2012.