Tras una caída del 1,8% del PIB en 2009 como consecuencia de la crisis financiera mundial, para 2010 la CEPAL estimo que América Latina creció un 6%.

Los excelentes indicadores económicos se repiten en casi toda la geografía de América del Sur: Brasil como líder de la región, creció un 7,5% el pasado año batiendo record en sus últimos 25 años; Argentina, a pesar de los malos presagios, tuvo un vertiginoso crecimiento del 9,1%. Sin embargo, el mayor crecimiento lo tuvo su vecino del norte, la economía Paraguaya creció un 9,7%, completan el grupo que creció a tasas chinas Uruguay con un 9% y Perú con un 8,6%; más moderado fueron los crecimientos de Chile (5,3%), Colombia (4%), Bolivia (3,8%) y Ecuador (3,5%); sólo Venezuela desaprobó y en 2010 se mantuvo en recisión con una baja del -1,6%.

 crecimiento-PBI-CEPAL

El crecimiento observado en 2010 muestra el afianzamiento de la recuperación que América Latina comenzó a experimentar en la segunda mitad de 2009, impulsada por el impacto de las medidas contracíclicas que muchos países pudieron implementar y la rápida recuperación de la economía internacional.

Sin embargo, diversos factores comenzaron influir a partir del segundo semestre de 2010 dejando un escenario menos optimista en la economía internacional que, sumado a la disminución del impulso proveniente del gasto público y al agotamiento de la capacidad ociosa, augura un menor dinamismo de las economías de la región.

Ante este panorama, la CEPAL proyecta que la tasa de crecimiento de la región en este año será moderado, apenas el 4,2%.

Deuda pendiente.

Según estimaciones internacionales, Latinoamérica tiene el triste honor de ser la región con mayor desigualdad del planeta; es decir, donde existe mayor brecha en el ingreso percibido entre ricos y pobres.

Este triste record todavía no ha podido modificarse a pesar de los fuertes avances de los gobiernos de la centro izquierda en casi toda la región. Salvo Chile y Colombia, el resto (cada uno con sus propios matices) se encuentran conducidas por ideas enfrentadas a las políticas neoliberales que socavaron los pilares del desarrollo económico y social.

A pesar de que en los últimos años el mayor crecimiento económico repercutió de manera positiva en la demanda de empleo, lamentablemente la gran deuda de Latinoamérica continúa sin saldarse.

Como es obvio, el desarrollo económico no equivale al desarrollo social. La enorme concentración de riqueza en pocas manos favorece la explotación, y los indicadores de pobreza, analfabetismo, indigencia, etc. etc. recién empiezan a mostrar mejoras.

El desafío será entonces continuar creciendo y redistribuir de forma ecuánime los beneficios con el fin de superar nuevas barreras y evolucionar o cambiar positivamente en las relaciones entre los individuos logrando un mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.

Publicado en El Regional – Pag. 20. 12 de Marzo 2011.