¡El sábado pasado me entero de que ese tipo llamado Domingo Cavallo acaba de editar un nuevo libro! Según sus intuiciones, el ex ministro de la casa de Hacienda (también funcionario del gobierno de facto) nos informa que estamos ante un grave riesgo si no se cambia de rumbo la actual política económica, que la misma puede llevarnos a una estanflación (estancamiento económico juntamente con inflación) e inclusive a un proceso hiperinflacionario. Continúa confirmando que estamos ante la posibilidad de un nuevo Rodrigazo. (No pocas veces me pregunto qué deberíamos hacer con tipos como Cavallo).

Un poco de historia Para los más jóvenes o para los de memoria débil que abundan en nuestro país, les cuento: Con el advenimiento de la dictadura aparecen los “petrodólares” árabes en los bancos americanos. Ese dinero es destinado a América Latina en préstamos sin muchas exigencias y controles. Comienza la “patria financiera”, la plata dulce; aparecen cientos de bancos y financieras.

En Argentina, Martínez de Hoz junto a Klein y el FMI estipulan mensualmente la cantidad de dinero y destinos de los préstamos.

Con Hoz, la Dictadura, decide endeudarse para tecnificar el país y para tapar agujeros de una mala administración anterior. Muchas empresas toman deuda sin controles.

Existió mucha gente vinculada con esta estafa: funcionarios públicos, gerentes, empresarios, directores, todos delincuentes internacionales, que trabajaban para la usura de la banca externa y para sus propios intereses.

La deuda privada Antes de entregar el poder a la democracia, el gobierno de facto con Cavallo (si el Mingo), Aleman, Dianella, Pastore, Sigot, González Solar, determinan estatizar la deuda privada de cientos de empresas. Cerca de 14.000 millones de dólares, que sumado a la deuda inicial se llega al monto de 40.000 millones.

Se hizo mediante un “seguro de cambio” que consistía en asegurar la deuda al valor del dólar al momento del pago de la deuda. Por ejemplo si debía 1.000 dólares a un valor de $5 por dólar, cuando llegue el momento de pagarla, que podía ser 3 años o mas, el deudor sólo abona la deuda a 5 pesos el dólar, la diferencia en caso de un aumento del dólar lo absorbió el estado, el pueblo. Es decir se transfirió la deuda privada a la sociedad Argentina. La instrumentación fue un poco más compleja, pero no viene al caso.

Los “auto-préstamos”

Finalmente ya en democracia cuando Alfonsín era Presidente, fue Machinea (el mismo de la tablita) que estaba en el Banco Central en 1985 quien hace los pagarés de la deuda privada.

Lo más triste de esto, es que gran parte de la deuda estatizada fueron “auto-préstamos”, es decir préstamos que se hacía la misma empresa con dinero que tenía ahorrado en bancos exteriores. El banco emisor del crédito era el testaferro de la empresa y el cómplice de la estafa. Muchas empresas fueron descubiertas pero se detuvo la investigación en el gobierno de Alfonsín, Mars fue el que firmó esta decisión.

Pero el plan maquiavélico contínua, con la complicidad del gobierno de Menem, Cavallo como ministro transfirió la deuda al Ministerio de Economía, que a su vez lo trasfiere al City Bank para que administre la deuda argentina junto a otros 7 bancos más de su dependencia, y estos bancos finalmente fueron los encargados de determinar la deuda de los argentinos, y cómo la deberíamos pagar.

Para terminar no hace falta extenderme en la historia de nuestro vil personaje, con De la Rúa al mando impone el famoso “corralito”.

¿Se acuerdan de Duhalde? “El que depositó dólares cobrará dólares” (¡dolores! ¡dolores! ¡Es que escuchamos mal!).

Ironías de lado, es increíble que este tipo, Cavallo, todavía no esté preso.

Hoy podemos disentir con la política actual, pero por suerte el fundamentalismo ideológico neoliberal que reinó en el mundo las últimas décadas, ha mermado.

Publicado en El Regional – Pag. 15. 13 de diciembre de 2008.