Ante un escenario macro de por si con bajas y tenues expectativas, la economía sufre un nuevo es inesperado traspié.
El revés jurídico con los fondos buitres transformó repentinamente la atmosfera, ¿qué se espera para los próximos meses?
Que el año no es bueno ya no es noticia (a propia CEPAL mantuvo su proyección de crecimiento para Argentina en sólo el 1% para este año), los indicadores macro muestran un brusco desplome en la actividad en casi todos los sectores:
– La industria con una profunda crisis en el sector automotriz viene de capa caída y el último dato publicado de la Unión Industrial Argentina destaca una baja interanual en abril del 3,7% (según el INDEC la caída es del 4,07% y según Ferreres ya en mayo la baja fue del 7,4%).
– La construcción después del repunte del segundo semestre del 2013 gracias al plan Procrear muestra un retroceso en lo que va del año (2,6% según Indec), incluso acompañado con los datos de menores ventas en los proveedores mayoristas de rubro (el índice Construya del presente mes mostro un descenso interanual del 10,28%).
– La venta minorista se ha visto marcadamente afectada con la brusca devaluación de enero y los datos muestran mermas en todos los meses del 2014, en junio según la CAME la baja interanual fue del 8,3%).
– Tal vez el único sector que no da señales de tan pálidos indicadores sea el agropecuario, que con una estimada cosecha record se estima aporte la cuota positiva del 2014.
Ante datos tan elocuentes el gobierno salió nuevamente al ruedo, en esta ocasión a hacer prolija la tarea: permitir la auditoria del FMI con el índice de precios, arreglar con Repsol y con el Club de París mostraron un cambio en la estrategia macro, entendiendo la necesidad de generar confianza en el país tanto para los argentinos como para los inversores internacionales.
Sin embargo el revés jurídico con los fondos buitres transformó repentinamente la atmosfera, y aunque en cadena nacional la presidente primero y el ministro de economía después trataron de poner paños fríos confirmando la posición argentina de pagar, sin lugar a dudas que el adverso fallo es un nuevo y explosivo condimento de incertidumbre sobre un escenario macro de por si con bajas y tenues expectativas.
Los próximos meses se vislumbran cruciales para el futuro del país, el impacto de los acontecimientos son por ahora impredecibles, pero es indudable que el duro golpe le restringe grados de libertad a la política económica del país, una economía que necesita por sobre todo generar confianza para recuperar su senda de crecimiento.