Si bien es cierto que cada vez son más las personas que se animan a desarrollar o emprender un negocio nuevo, también es verdad que por falta de una adecuada planificación la proporción de fracaso de estos emprendimientos es muy alta.

Cuando vemos los motivos de los fracasos podemos distinguir muchos elementos determinantes, y por supuesto estos variarán de acuerdo a las características propias del emprendimiento.

Sin embargo, a pesar de que características propias del nuevo negocio ponen en relieve determinados puntos, se pueden distinguir muchos elementos que se repiten y son situaciones comunes de motivo de fracaso en los nuevos emprendimientos.

Vale la pena entonces detenernos en estos puntos críticos:
 

¿Existe ilusión, entusiasmo?
Todas las ideas se desarrollan con una importante cuota de entusiasmo, el camino del emprendedor no es fácil, y generalmente estará lleno de obstáculos y desilusiones.

El emprendedor debe tener una energía especial para poder soportar los altibajos propios de cualquier nuevo proyecto, el entusiasmo y la pasión son ingredientes fundamentales para enfrentar los miedos a la incertidumbre.

Por otro lado, una buena idea de negocio encarada sin pasión equivale a la mayoría de las veces a fracaso, en estos casos el emprendedor con suerte logra entregar la posta antes de perder su inversión.

Conocimiento de causa
Si quiere evitar el fracaso rotundo, analice, estudie y conviértase en un experto en el conocimiento específico de su futuro negocio. Por supuesto, algo muy difícil de hacer si no hay un mínimo de interés en el tema.

Si con toda su investigación no concluye con una comprensión acabada, asesórese, siempre es bueno tener la mirada objetiva de un experto, de alguien de fuera.

Un buen profesional cuenta con distintas herramientas técnicas que pueden con criterio objetivo determinar un sinfín de indicadores que lo ayudarán a elegir la opción adecuada. Un buen asesoramiento le ahorra dinero.

Planificar, planificar y planificar
Si está decidido y evaluó adecuadamente el negocio, ahora planifique, escriba su proyecto.

Realizar un plan estratégico le permitirá visualizar posibles puntos no tenidos en cuenta, y al estimar variables podrá determinar con mayor certeza la viabilidad del proyecto.

Para tener en cuenta: un modelo o plan de negocios es simular el desempeño del emprendimiento en un papel antes de lanzarlo al mercado.

Lo escrito, lo plasmado en papel es un elemento mucho más potente que lo imaginado, le da cuerpo a la visión.

Recuerde: el plan de negocio es la columna vertebral de la idea, es lo que le da forma y permite visualizar y materializar las ideas. Sirve para el emprendedor, para posibles socios, para encontrar financiamiento, etc.

Es una herramienta muy potente, y siempre es recomendable que sea al menos supervisado por un profesional idóneo.

Tener confianza
Finalmente y no menos importante es tener confianza. “La confianza en uno mismo es el primer paso al éxito” (Emerson). Nada se puede construir sin confianza, este es un sentimiento muy poderoso y ayuda a no desviar el norte.

Por supuesto la confianza se solidifica con el estudio e investigación del negocio y con la planificación del proyecto.

 Publicado en Revista Claves – Febrero de 2013