Los empresarios en muchas ocasiones se plantean diversos dilemas en la gestión, deben tomar constantes decisiones como llevar a cabo nuevos proyectos de inversión, incorporar personal, buscar nuevos proveedores, evaluar nuevos y también viejos mercados, etc.

Sin embargo una de las decisiones más importantes en la vida de una empresa se da cuando la misma debe mutar para poder sobrevivir. Sobrevivir a amenazas o debilidades, en este caso estamos hablando de su propia reingeniería, su transformación o como diría el propio Kafka su metamorfosis. Tremenda decisión generalmente es postergada por la enorme dificultad que la misma trae aparejada.

Como en un mundo darwiniano, la incapacidad de adaptación a un nuevo entorno lleva ineludiblemente a la quiebra a muchas empresas. Tarde o temprano las empresas se topan con nuevos retos, deben desafiar nuevas reglas de juego como una mayor competencia, sucesiones generacionales dentro de la empresa, cambios impositivos, etc. Tener el coraje de anticiparse a los cambios es agarrar el toro por las astas, es enfrentar el problema del cual es imposible escapar.

En los últimos años ha surgido un nuevo escenario en el que operan las Empresas y que ha sido el resultado de los cambios cada vez más rápidos dentro del entorno. Tres son las fuerzas que, por separado y en combinación están impulsando a las organizaciones a entrar en una zona que para la mayoría de los ejecutivos y administradores es desconocida. Nos referimos a: Clientes, Competencia y el Cambio.

a) Hoy los clientes asumen el mando. Hoy los clientes les dicen a los proveedores que es lo que quieren, cómo y cuando lo quieren y cuándo pagarán.

b) Hoy la competencia se intensifica al venirse abajo las barreras comerciales, ninguna empresa tiene su territorio protegido por siempre.

c) Hoy el cambio se vuelve constante; ser adaptable y versátil son valores imprescindibles.

Estos nuevos elementos obligan hoy a los administradores a conocer la salud de su empresa, y así evitar problemas operacionales que les afecten en el futuro.

En suma, la reingeniería aplicada a mi empresa requiere un profundo replanteamiento de la estructura de la empresa, considerando el rediseño de los procesos en los negocios para lograr mejoras.

La reingeniería no toma nada como dado. Poner en marcha un proceso de reingeniería en mi empresa requiere replantear todo lo viejo y reemplazarlo con algo nuevo de ser necesario.
 
Se trata de un enfoque para planear y controlar el cambio. Es un proceso total de readecuación de mi organización en las nuevas y exigentes condiciones en un entorno cada vez más difícil.

Publicado en Revista Claves – Abril de 2010